miércoles, 4 de agosto de 2010


Evocar aquellos años en que un grupo de refugiados de la Guerra de Castas se entregó a la singular tarea de poner los cimientos de lo que es hoy nuestra casa, lleva necesariamente a hacer comparaciones, que nos hacen reflexionar en lo que hemos perdido, al distorsionar nuestra propia cultura en aras de imitar otra, muy ajena a la que fue conocida como la Cultura del Isleño.
Quienes hicieron los primeros trazos de la ciudad fueron entes visionarios, dado que es sorprendente cómo hasta la fecha ese trazo es lo único que no hemos alterado…como sí lo hemos hecho con tantos elementos culturales que hoy parecemos decididos a sepultar en el olvido.
Creo que nuestra actitud en las últimas décadas tiene mucho de ingratitud, pues los fundadores del poblado, y quienes les sucedieron hasta hace 40 años, nos legaron un patrimonio material e inmaterial, traducido en monumentos, edificios, usos y costumbres, tradiciones y leyendas, que no hemos sabido conservar, tal vez porque la modernidad nos ha absorbido tanto que hemos olvidado hasta quiénes somos.
En 1850, quienes fundaron la población eran eminentemente agricultores, que en unos años, ayudados e influenciados por los cubanos, se integraron al medio que los rodeaba hasta convertirse en hábiles pescadores, marinos y navegantes que dieron fama a Isla Mujeres.
Con el correr del tiempo, la población que se consolidó, fue la de un humilde caserío porteño, donde la gente vivía una romántica existencia, alejada del mundo exterior, sí, pero plena de satisfacciones. De esto dan cumplida cuenta viajeros de la segunda mitad del siglo XIX.
Ciento tres años duró esa luna de miel en lo que era un paraíso donde la única construcción pétrea pertenecía a un pirata-corsario español: Fermín Mundaca y Marecheaga, el cual no fue muy apreciado en Isla Mujeres, tal vez porque desentonaba su riqueza con la sencillez de los habitantes. Ciento tres años en los que el tiempo parecía haberse detenido. Hoy mucha de esa riqueza cultural heredada de nuestros antepasados la hemos perdido. Vaya como ejemplo, solamente, lo que ha ocurrido con algunos monumentos del centro histórico de Isla Mujeres.

El Parque Principal

Un inventario superficial de lo que hemos perdido nos lleva a enumerar elementos culturales tangibles que la indiferencia o la ignorancia han suprimido.
El mejor referente de lo anterior -por lo que simboliza y representa un espacio de éstos en cualquier comunidad del planeta- lo es la Plaza Pública, trazada a cordel en 1850, en las dimensiones que hasta la fecha tiene.
En esa Plaza Pública (hoy Parque Principal), a partir de la fundación del poblado varias generaciones de isleños fueron colocando monumentos, accesorios y plantas de ornato, que después, las nuevas generaciones se han encargado de eliminar, al parecer, por desconocer su origen y significado, ignorando que quienes diseñaron ese parque lo hicieron con mucho amor, y un extraordinario esfuerzo que no parece importarnos hoy.
Lo primero que se omitió de ese parque a mediados del siglo pasado fue el nombre, cambiándole el original por el de Miguel Hidalgo, a pesar de todos los testimonios, tanto hemerográficos como fotográficos, que establecen que su nombre es el de “Parque Juárez”. Esto fue reconocido hace apenas tres años, aunque no deja de llamar la atención que se haya añadido un busto de Miguel Hidalgo, a ese que es el corazón histórico y cultural de la ciudad de Isla Mujeres.
La razón del olvido sobre el nombre histórico de la Plaza Principal, puede atribuirse a que en 1922 un potente huracán azotó la isla, derribando el busto que de Don Benito Juárez se había colocado sobre una columna, al parecer en 1910, con motivo del primer Centenario de la Independencia Nacional. La columna fue referente del parque, pero el nombre del mismo se fue borrando de la memoria de los isleños.
De ese mismo Parque Juárez, se eliminó en 1979 un monolito alusivo al IV Centenario del Descubrimiento de Isla Mujeres. El monumento fue colocado el 4 de marzo de 1917, a iniciativa del Gobierno del Estado de Yucatán. Falto de mantenimiento, se fue degradando por la acción del tiempo y de la misma gente, que igual lo utilizaba para sentarse a tomar el fresco, que para colocar avisos oficiales, atar lámparas en días de fiesta, etc.
Igual suerte corrió en 1980 otro monumento, colocado éste en 1950, para recordar la gesta heroica de la Bandera de Cuba, la cual diseñara el General español Narciso López de Urriola, quien en ese citado año de 1850 hizo escala de varios días en Isla Mujeres y Contoy, antes de salir a su frustrada invasión a Cuba, dado que fue derrotado en la ciudad de Matanzas la tarde del 19 de mayo de ese año.
En mayo también, pero de 1950, el entonces Delegado de Gobierno, Sr. Luis Trinchán Tejero, dio fe escrita de la visita a Isla Mujeres de una Comisión Internacional, que integrada con altos funcionarios de Estados Unidos, Cuba y México, conmemoró el Primer Centenario de la Bandera Cubana, haciendo con embarcaciones militares una travesía por los mismos puertos y puntos de la costa que Narciso López visitara una centuria antes. Jaime Torres Bodet, recordado como un gran mexicano, fue el representante de nuestro país en tan relevante evento.
En fechas más recientes fue eliminado del centro del Parque Juárez el pintoresco kiosco que le daba una identidad muy mexicana, para colocar una atípica fuente. De nada valieron las opiniones en contrario para evitar que por capricho, o por el desconocimiento de nuestro pasado se atentara contra el citado kiosco, mismo que era muy concurrido por los isleños, y por los turistas que gustaban la foto junto a un innegable elemento de nuestra identidad.
¿Y qué decir del Monumento a la Madre? Isleños emprendedores, miembros del Club de Leones lo levantaron junto a la Iglesia Principal allá por 1980, con recursos que a base de hacer eventos sociales en el Parque Juárez fueron reuniendo en varios años. No, este monumento no lo financió ningún nivel de gobierno, pero sí fue uno el que lo eliminó del Parque Principal.
Éste al menos no lo demolieron, sino que lo trasladaron a la Col. La Gloria, terminando con una tradición: La de colocar en su base ramos de flores luego de la Misa del Día de las Madres en la Iglesia de la Inmaculada Concepción. Con ello se hacía en el Parque Juárez -en un día tan especial- un sentido homenaje a la noble mujer dadora de vida, a más de que las flores transformaban con sus aromas el ambiente llenándolo de misticismo.
Podría extenderme más en este tema, que causará escozor y hasta malestar en más de uno o de una, aunque nada puede justificar el desamor a la tierra que nos da el sustento.

Reflexiono…

A 160 años de la fundación del poblado de Dolores, hoy Isla Mujeres, el balance en cuanto a logros como comunidad tiene ángulos negativos. Esto es normal por nuestra condición de humanos. Lo que no es normal es que sigamos despreciando lo que los abuelos hicieron…en tantos años…con tanto esfuerzo…porque hacerlo es ofender su memoria.
Lo que ocurre hoy, puede ser indicativo de que Isla Mujeres sufre desintegración de su sociedad, dividida en partidos, en colores, por los que se enfrentan, incluso, familias que viven bajo el mismo techo.
A 160 años de la fundación del poblado, la reflexión debe ser en el sentido de que todos somos responsables de lo que pasa, de lo bueno, y de lo malo, y que Isla Mujeres no merece que nos olvidemos de sus raíces, y mucho menos, que sigamos atentando contra su patrimonio cultural.
El isleño de hoy debe vivir orgulloso de su pasado…en vez de sepultarlo en el olvido.
En síntesis, el mejor homenaje que podemos hacerle a Isla Mujeres en este su cumpleaños 160, es el compromiso de devolverle, cuando menos, un poco de lo que le hemos quitado. Donde estén, los valientes y pundonorosos fundadores de 1850 descansarán verdaderamente en paz, al ver que su esfuerzo no fue en vano.
En el marco de este CLX aniversario de la Fundación del Poblado de Dolores Isla Mujeres esa es mi sincera reflexión.



Fidel Villanueva Madrid.
Cronista de Isla Mujeres.
Julio de 2010.-

2 comentarios:

  1. Steve Broin dijo...:

    Fantastico! Me gustaria saber mas de la historia de la Isla. Soy dueno del hotel Casa Sirena en el centro, ubicado en una casa con mucho historia!

  1. Isla mujeres es hermoso, tuve la oportunidad de visitarla y quedé encantada!

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