MÚSICOS DE ISLA MUJERES Por Fidel Villanueva

martes, 26 de abril de 2011
Tosito Martínez
(FRUCTUOSO MARTÍNEZ TRINCHÁN)


“Tiene el alma hecha ritmo y armonía…todo en su ser es música y es canto…desde el réquiem tan triste de su llanto…hasta el trino triunfal de su alegría”.- (Parodiando a N. Guillén)


Puede este verso describir con certeza a Tosito Martínez, músico isleño cuya inspiración tiene ribetes de son, de rumba, de bolero, de cadencias llegadas del Caribe en tiempos de sus abuelos, cuando Isla Mujeres era un olvidado punto de la geografía peninsular, frecuentado más por pescadores cubanos que por paisanos de la región.

Y es que hay en la esencia musical de nuestro personaje un dejo de nostalgia por su isla querida, laboriosa y romántica, tranquila y sosegada, abrigadora y pródiga de bondades, que como ramo de flores se entregaba a quien casualmente llegaba hasta sus playas.

Los músicos y las canciones de ayer ya se hubieran olvidado si los músicos nacidos aquí no tuvieran memoria ni vergüenza. Tan pocos músicos hoy…para tantas melodías de ayer…compuestas por Virgilio “Chino” Fernández, Miguelito Sánchez Azueta, Coty Trujillo…principalmente.
Y en todas las melodías estaban presentes las notas de la guitarra, en aquellos tiempos en que apenaba a cualquier isleño no saberse al menos un acompañamiento, “un don pepe”, para entrar al quite si hacía falta. Y no sólo los hombres: las mujeres también, aportando sus dulces voces, su sentimiento y su pasión, por las canciones que narraban sus alegrías o sus penas…o describían la belleza del paraíso tropical donde nacieron, en cuerdas de una guitarra.
La mayor cualidad de Tosito Martínez: es que domina la quinta, o requinto, como los grandes. Sus ágiles dedos parecen volar; se vuelven imposibles de seguir con la vista sobre el diapasón cuando la adrenalina musical lo invade. De Do a Si domina a la perfección una gama de tonos y semi-tonos, que combina con una armonía que hipnotiza a quien escucha. La guitarra Tres cubana no tiene secretos para él, y mucho menos la mandolina.
Pero lo suyo no es casualidad. Por ambas líneas: paterna y materna, desciende de notables músicos que dominaron variedad de instrumentos.
¿Cómo se forjó este extraordinario guitarrista de Isla Mujeres? Porque no estudió en ningún liceo o escuela; es empírico, y por ello, su arte alcanza más realce. Los siguientes son algunos datos sobre su vida.

Una cálida tarde de junio…

Fructuoso Martínez Trinchan, más conocido como “Tosito Martínez”, nació en Isla Mujeres el 29 de junio de 1952, en la casa de su abuelo paterno, sito en la calle Juárez No. 12, entre Madero y Abasolo. Fue el segundo de seis hijos del matrimonio que formaron Esteban Martínez Pérez y Odila Trinchán, ambos nativos del lugar.
Sus hermanos son: Roberto (+), Genaro, Rafael, (+), José Esteban, (+), y Rita.
Le pusieron el nombre de su abuelo paterno, más conocido como “Don Toso”, quien fue chiclero en San Buenaventura, en el Km. 8 de la carretera al aeropuerto de Cancún. En el caso de su padre, el Sr. Esteban Martínez Pérez, se éste dedicó primero a la pesca de tortugas con Carlos Ávalos en Isla Blanca. Luego con Manuel Osorio Godoy. Después ingresó a la Armada donde laboró en el corte de madera para construir las casas de los marinos; ahí laboró unos diez años. Posteriormente se contrató como ayudante con Edilberto Sánchez Ancona para la tienda Paulita y el Restaurante Villa del Mar. En sus últimos años invirtió en la ganadería, llegando a tener hasta 80 reses en su rancho Santa Odila, allá por el rumbo de Chacmuchuch.
Volviendo a nuestro personaje; relata que cuando niño la isla era un paraíso para los pescadores; que chicos y grandes vivían del mar; unos desde la playa, otros en embarcaciones. Cuenta Tosito que a hora muy temprana tomaba su cordel y su atarraya para irse a la playa en busca de pargos, roncos amarillos, mojarras blancas, jureles, que la gente del pueblo le compraba.
Que en sus ratos libres jugaba trompo, papagayo, kimbomba, o pesca-pesca. Que hacía barquitos con la madera de las cajas de jalea que les traían los cubanos…que su infancia fue de mucha pobreza, si, pero plena de felicidad. Dice de la escuela:

“Estudié preescolar en el kinder del Centro de Bienestar Social Rural (que estuvo al lado de la casa de la familia Galué, junto al palacio municipal), y la primaria en la Escuela Andrés Quintana Roo, cuando estaba contigua al Centro de Salud. En kinder me educó la Profesora Sarita Niño. En primaria tuve como mentores a la Maestra Nidia, hija de la maestra Carlota Azueta, a Miguel Santana, a Sotero Puc, al maestro Pedro Medina y a Julio Saury Espinosa.”

El nivel medio lo estudió en la secundaria Técnica No. 1 Benito Juárez. De ahí recuerda los nombres de: Pedro Jaime Courtenay Torres, Orlando Cepeda Waterlang, Noemí Martínez Miranda, Gilberto Pastrana Novelo, Lilia González, Lucio Medina Kantun, Rosita Torres Suárez, David Cahuich Cepeda, entre otros. No hubo dinero para que siguiera estudiando.
Terminando la secundaria hizo su servicio militar, y luego se empleó en el propio plantel como Intendente. Por sus capacidades fue ascendiendo a cargos como los de Bibliotecario, Prefecto, terminando como Contralor de la escuela.

La Música.

“Lo traigo de familia -asegura- porque mi abuelo Toso fue baterista del Son Clave de Oro, antecedente de la Trova Isla Mujeres. Mi padre tocaba guitarra, mi tío Emiliano también, y por parte de mi madre, mi tío José Víctor Sánchez Azueta, que era ciego, tocaba el acordeón.
Rasgueé mi primera cuerda a los seis años, que fue cuando mi padre me lo permitió. Yo me deleitaba viendo ensayar y después tocar a los músicos isleños; de ahí me nació la pasión por la guitarra. Al principio aprendí con una sexta, y con el paso del tiempo terminé siendo esclavo del requinto. Mi tío Emiliano fue quien me enseñó a tocarlo.”

Eran los años finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. Era la época dorada de la música y la poesía isleña, de la cual Tosito Martínez es fiel heredero.
Las primeras melodías que interpretó fueron rancheras. Luego, cuando comenzó a ensayar con el requinto su melodía preferida fue “Cosquillitas”, una instrumental de guitarra. Estaba aún en primaria cuando debutó en los festivales de la Secundaria Técnica Benito Juárez, aquellos que organizaba la Maestra Pepita Adame, llamados “La Hora Social”, mismos que se celebraban cada fin de semana en la propia escuela Secundaria. La población se arremolinaba, pues se alternaba la música con la poesía, la danza y el teatro. Cantaban los alumnos canciones del Chino Fernández, y los que participaban eran en su mayoría alumnos, y algunos padres de familia. En el aspecto del teatro, recuerda Toso que éste evolucionó hasta llamarse: “Teatro Club”, con obras especialmente escritas para niños. Arturo Aceves Villanueva, entre otros, preparaba esas obras, muchas de ellas chuscas o satíricas, para divertir a la población.
El primer grupo musical en el que participó Tosito Martínez se llamó “Los Técnicos”, y fue resultado de la labor de la Escuela B. Juárez. Lo integraban Virgilio Fernández Magaña: guitarra quinta; Isolda Martínez Vera: voz (+); la Profesora Nelly Granados: monocubocordófono, (especie de bajo hechizo); y Tosito con guitarra quinta también. Luego se incorporó Armando Ávila Sánchez, que tocaba batería.
Poco más adelante, a finales de los años setenta formaron el conjunto “Los Vamper´s”, integrándolo Arturo Aceves, voz; Ricardo Galué, bajo; José Almeida, batería; Tosito, guitarra quinta; José Vázquez teclado; Raúl Reyes, percusión; y en ocasiones de espontáneo cantaba Ariel “Pelitos” Gamboa. Pocos años después Roberto Martínez Trinchan se incorporó como baterista. El grupo se desintegró al irse de la isla dos de sus miembros a mediados de la década de los ochenta, luego de varios años de actuación.
“Los Vampers”, por su calidad musical, eran contratados para Tizimín y otros pueblos de Yucatán, así como para Chetumal, Cozumel, Holbox, o Cancún. Su fuerte era la música tropical, romántica, y regional; alternando ritmos como el regueé y el calipso.
Para 1986, con motivo del “Primer Festival de la Cultura del Caribe, José Martí”, se integró la Trova Isleña, con Tosito Martínez, requinto, Emiliano Martínez, guitarra y primera voz; Javier Martínez (hijo de Tosito), bajo; Rafael Burgos Ríos, percusión; Franklin “Bambino” Sánchez Montalvo (+), timbal; y Martín Burgos Sánchez, percusión.
Registrar aquí la trayectoria de este singular guitarrista no es fácil. ¿Cuántos festivales? Son tantos…La familia lo ayuda a hacer memoria de las décadas que atrás han quedado. Le recuerdan cuando formó con su hijo Javier y el Tío Emiliano Martínez el “Trío Martínez”, para amenizar fiestas, actuar en centros sociales, y especialmente: llevar serenatas en noches plenilunadas. Y aquellas célebres actuaciones en el “Cubarón”, donde el propietario, Rafael Burgos Ríos, dejaba de atender el local para unir su talento en la percusión y con su garrida voz para interpretar: “Hasta Siempre Comandante”. Las noches del “Daniel´s”; sin olvidar que la primera agrupación que integró se presentaba como: “La Banda sin Nombre”, la cual Tosito considera muy ligada a la Trova Isleña.
En fin, parte de la historia misma de Isla Mujeres son aquellas presentaciones en El Garrafón, o en Playa Indio´s, en las extrañadas “Nochecitas Isleñas” del parque principal, y tantos y tantos viajes que los llevaron hasta La Habana, Cuba (1998), de retornaron con reconocimientos a su calidad musical.
Por ello, quienes hemos conocido tan de cerca a Fructuoso Martínez Trinchan, y sabemos de su lucha para que la identidad musical de Isla Mujeres no se pierda, sentimos un gran respeto y admiración por su hermosa labor…por la aportación que ha hecho a la música local, y a la de Quintana Roo. No hace mucho fue honrado con un reconocimiento. Más eso no basta. Hay que seguir empujando cada día para que no se pierda el sabor caribeño de las notas de su guitarra, de la trova, de la música de Isla Mujeres.
Para Tosito la Trova Isleña sigue viva, inmortalizando una época, describiendo con sus melodías el Quintana Roo de ayer. Y lo está, porque se siguen componiendo melodías que hablan del pasado, del presente, de lo que siempre han anhelado quienes aman este paradisíaco rincón del Caribe.
Dejo en familia a Tosito. Doña Rosario del Socorro Cen Chávez (Doña Charito), su esposa, no puede dejar de expresar el legítimo orgullo que siente por su compañero de toda la vida. Con sus hijos Rossana, Javier, y Ángel, forman una familia muy respetada y querida en el lugar. Ya llegaron tres nietas: Cinthia, Rosimar y Ámbar. Cinthia, la mayor, me presume de la herencia del abuelito, pues ya pulsa las cuerdas de una guitarra.
Con el camino andado, jubilado, Tosito Martínez ve pasar la vida con la satisfacción del deber cumplido. La mayor parte del día lo ocupa en atender a una hermana enferma con un mal congénito. Esa es cruz que Dios le puso y la lleva con resignación. Por las tardes, con la atarraya al hombro y la caja de pesca bajo el brazo sale en busca de algún pargo despistado que ose aproximarse a los muelles de la isla. Por la noche, la “tocada” donde soliciten los servicios del grupo que con su hijo Javier integra.
La que ya duerme más tranquila es doña Charito. Las serenatas ya no son tan continuas. Tosito llega temprano a la casa. Y no es que el hombre haya sido de copas llenas y vacías, algo tan común donde hay música. Ocurría que de la serenata se pasaba al festejo del cumpleaños, y eso lo mantenía ocupado con aquello de “échate otra”, aunque los dedos ya se hubieran reventado.
Como al principio, para terminar este sencillo homenaje a Tosito Martínez, agrego unos versos de Nicolás Guillén. Son a la guitarra y dicen así:

“Tendida en la madrugada…la firme guitarra espera…voz de profunda madera… desesperada.
Cógela tú, guitarrero…límpiale de alcohol la boca…y en esa guitarra toca…tu son entero.”

Abril de 2011.-

Fidel Villanueva Madrid.
Cronista de Isla Mujeres.
ixcheel@prodigy.nex.mx

2 comentarios:

  1. Anónimo dijo...:

    muchas gracias Don Fidel, estamos muchos orgullosos del viejo...su familia, le agradece este hermoso homenaje, la musica de isla mujeres tiene para rato!
    javi.

  1. Anónimo dijo...:

    honor a quien honor se le merece, mucha preserverancia.

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